La revista de cine Cero en Conducta está creando una encuesta llamada “Las 50 Mejores Películas Colombianas”, inspirada en esfuerzos similares en otros países de la región. La encuesta busca unir voces heterogéneas de distintas geografías del cine y la cultura en Colombia, con el objetivo de generar cuestionamientos críticos sobre el cine del país. La encuesta no busca establecer una verdad absoluta o determinar la mejor película, sino más bien crear una red de gustos, preferencias y visiones. Los votantes podrán nominar cualquier película colombiana, sin importar su duración, formato, tema o vía de estreno. Los resultados serán publicados en formato impreso y virtual, y el lanzamiento se llevará a cabo en el Cinemancia Festival Metropolitano de Cine en agosto-septiembre.
En el chat de Whatsapp de Alados, hubo divergencias de opinión acerca de los rankings de películas, generando un breve pero animado debate. Este tipo de discusiones y reflexiones son precisamente las que deseamos retomar en nuestro boletín y página web, ampliando los temas de debate y brindando la oportunidad de participar a voces diversas, con distintos puntos de vista sobre el cine y la cultura provenientes de diferentes geografías del trabajo en estos ámbitos.
¿Qué te parecen las listas de películas?
Pilar Perdomo Munévar
Hacer listados de “Lo mejor” en el arte la encuentro una idea extraña básicamente porque considero que la percepción y apreciación de una obra artística es algo muy subjetivo.
Intentar generalizar en el arte me parece innecesario y de algún modo nocivo. En especial cuando vivimos en un sistema que constantemente está homogenizando todo bajo criterios arbitrarios y usualmente excluyentes. Parece más una idea de competitividad y ahí me resuena más lo que dijo Belá Bartok: “Las competencias son para caballos, no para artistas”.
Creo que es valioso hacer listados a modo de inventario y repositorio para cinéfilos, para el conocimiento en general pero no para calificar lo que es “mejor “o “peor”.
Julio Lamaña Orozco
Luis Ospina le dedicó un documental a la “estética del gusto” en aquella película de 1991 llamada “Mucho gusto”. Desde diversas entrevistas a profesionales de diversas especialidades, atacaba el tema del “gusto” desde lo fisiológico a lo psicológico y se enfrentaba a la idea final de si es posible cuestionar el “mal gusto”. La reflexión ospiniana de hecho era un ensayo sobre la importancia de los diferentes “puntos de vista”, que, confrontando, asociando, deduciendo y obligándonos a pensar, podían servir para entrar en el terreno de una observación abstracta idónea para entender una complejidad global. El buen o mal gusto no tiene demasiada importancia. Pero quedaba demostrado en el documental que en nuestras sociedades polarizadas cualquier cosa que plantee una diversidad de opiniones y de gustos es una fuerza muy poderosa.
Me gustan las listas de películas favoritas porque proponen puntos de vista diferentes, porque ponen orden a cierto caos y permiten detener la mirada en aquello que le gusta “al otro”. Puede ser un ejercicio banal, pero también proporciona una imagen fija de un gusto colectivo en un momento dado. Una fotografía del mal (o buen) gusto común.